¿Sabías que hay 936 semanas desde el momento en que un padre trae a casa a un recién nacido hasta que su hijo e hija de 18 años pasa a lo siguiente? Y aunque la iglesia tiene menos tiempo con un niño o adolescente que con un padre, la iglesia aún puede desempeñar un papel importante, como defensora, animadora y voz confiable tanto para los padres como para los niños. Es por eso que los invitamos a usted, el líder de la iglesia, a experimentar las fases para ver el cuadro completo de cómo el hogar y la iglesia trabajan juntos para crear un constante impacto en la vida de un niño. A medida que recorre el arco de cada fase en la galería Parent Cue, haga clic en los enlaces de audio a continuación para sumergirse por completo en lo que sucede en esa fase específica…

 

Mientras camina por la galería Parent Cue, experimentará cada fase através de dos lentes diferentes… el hogar y la iglesia.

 

 

Esta es la fase de los boo-boos, galleticas y los cuentos para dormir. En esta fase, los niños necesitan que ACEPTES sus necesidades físicas. (Y hay muchos de esos, ¿verdad?)

 

 

Esta es la fase de las citas para jugar, el fútbol y las fiestas de cumpleaños. En esta fase, los niños necesitan que ACTIVES sus intereses, aunque pueden cambiar de un día para otro.

 

 

Esta es la fase de los cambios—escuela, amigos, cuerpos, actitudes—casi nada permanece igual. En esta fase, los preadolescentes y los adolescentes recién formados necesitan que AFIRMEMOS su viaje personal, sin importar cuántos giros y vueltas haya en el camino.

 

 

Esta es la fase de la cuenta regresiva, desde el día en que obtienen su licencia hasta los días hasta la graduación. Los adolescentes necesitan que MOVILICEMOS su potencial. No pasará mucho tiempo hasta que hayan pasado a lo que sea que sigue por su cuenta.